El tour por Roma sigue repleto de emoción en este nuevo día que te lleva a visitar la Plaza de España, una de las plazas más bonitas y famosas de la ciudad. Ubicada en el centro histórico, esta plaza es el punto de encuentro de los romanos y los turistas, que se sientan en sus escaleras para disfrutar del ambiente y del paisaje.

La Plaza de España es un lugar lleno de historia y de arte. Aquí podrás ver edificios y monumentos que reflejan el estilo y la cultura de Roma. La plaza debe su nombre a la Embajada de España ante la Santa Sede, que se encuentra en uno de los palacios que rodean la plaza. La plaza tiene una forma irregular y está dominada por una escalinata que conduce a la Iglesia de la Trinidad del Monte.

La escalinata fue construida en el siglo XVIII y tiene 135 peldaños que se adornan con flores en primavera y verano. En la parte inferior de la escalinata se encuentra la Fontana della Barcaccia, una fuente con forma de barca que fue diseñada por Pietro Bernini, el padre de Gian Lorenzo Bernini. En la parte superior de la escalinata se encuentra el Obelisco Sallustiano, un obelisco egipcio que fue trasladado a Roma por el emperador Augusto.

Pasear por la Plaza de España no solo te brinda la ocasión de sumergirte en la riqueza histórica y artística de Roma, sino también de experimentar su moda y su sofisticación. Desde esta emblemática plaza, tendrás acceso a las calles más elegantes y exclusivas de la ciudad, como la Via dei Condotti o la Via del Babuino, donde encontrarás las boutiques y escaparates de las marcas más distinguidas y prestigiosas.

Al comprar este tour por Roma, vas a acceder a un secreto sorprendente de la Plaza de España que tiene que ver con la literatura y con un escritor famoso.

Después de visitar la Plaza de España, te recomiendo que te acerques a la Fontana de Trevi, la fuente más famosa y espectacular de Roma. Se encuentra a unos 10 minutos a pie desde la plaza, en una pequeña plaza rodeada de edificios antiguos.

La Fontana de Trevi es una obra maestra del barroco, que representa el triunfo del que para los locales es el dios Océano sobre las aguas. Fue diseñada por Nicola Salvi y completada por Pietro Bracci en el siglo XVIII. La fuente tiene una anchura de 20 metros y una altura de 26 metros. Está adornada con esculturas de tritones, nereidas, caballos marinos y conchas. En el centro se alza un obelisco egipcio que fue trasladado desde el Campo de Marte.

La fuente tiene una tradición muy popular: se dice que si lanzas una moneda al agua por encima de tu hombro izquierdo, volverás a Roma. Si lanzas dos monedas, encontrarás el amor en la ciudad. Y si lanzas tres monedas, te casarás con un romano o una romana. Cada día se recogen miles de euros de la fuente, que se destinan a obras de caridad.

Luego de lanzar una moneda a la Fontana de Trevi, te recomiendo que admires el Panteón, el templo mejor conservado de la antigua Roma. Se encuentra a unos 5 minutos a pie desde la fuente, en la Piazza della Rotonda.

El Panteón fue construido por el emperador Adriano en el siglo II d.C., sobre otro templo anterior dedicado a todos los dioses (pantheon en griego). El templo tiene una planta circular con un diámetro de 43 metros y una altura de 43 metros. Está coronado por una impresionante cúpula de hormigón, que es la más grande del mundo sin refuerzos. En el centro de la cúpula hay un óculo de 9 metros de diámetro, que es la única fuente de luz natural del interior.

El interior del Panteón está decorado con mármoles y estucos. Alberga siete nichos con estatuas y altares. También hay varias tumbas de personajes ilustres, como los reyes Víctor Manuel II y Humberto I, o los artistas Rafael y Annibale Carracci.

El Panteón es un lugar que te dejará sin aliento por su belleza. Es un testimonio vivo del genio y la gloria de los antiguos romanos.

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Tras maravillarte en el Panteón, te invito a sumergirte en el arte y el ambiente de la Piazza Navona, una de las plazas más hermosas y animadas de Roma. Puedes llegar a ella caminando unos 10 minutos desde el templo, siguiendo la Via dei Pastini y la Via del Corso.

La Piazza Navona tiene una forma alargada, que sigue el trazado del antiguo estadio de Domiciano, donde se celebraban competiciones deportivas en la antigua Roma. La plaza está rodeada por edificios elegantes y coloridos, entre los que destaca el Palazzo Pamphili, donde vivió el papa Inocencio X.

Tiene tres fuentes magníficas, obra del genial Gian Lorenzo Bernini. La más famosa es la Fuente de los Cuatro Ríos, que representa los cuatro ríos más importantes del mundo: el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata. En el centro se eleva un obelisco egipcio con un palomo en la cima, símbolo del papa Pamphili. Frente a esta fuente se encuentra la iglesia de Santa Inés en Agona, diseñada por Francesco Borromini, el gran rival de Bernini.

La plaza también tiene otras dos fuentes: la Fuente del Moro, que representa a un hombre africano luchando con un delfín, y la Fuente de Neptuno, que representa al que los habitantes locales consideran el dios del mar con una ninfa y unos tritones.

Es un lugar ideal para pasear, tomar un helado, ver a los artistas callejeros o sentarse en una terraza y observar el ir y venir de la gente. Es una plaza que te cautivará por su arte y su encanto.

Luego de deleitarte con el arte y la atmósfera de la Piazza Navona, te sugiero cenar en el restaurante La Carbonara, uno de los restaurantes más tradicionales y auténticos de Roma. Este encantador establecimiento se halla en el pintoresco barrio de Monti, a tan solo 15 minutos en metro desde la plaza. Puedes tomar la línea B hasta la estación de Cavour.

El restaurante La Carbonara te ofrece una cocina romana de calidad, elaborada con productos frescos y caseros. El nombre del restaurante se debe a su plato estrella: la pasta alla carbonara, una pasta con queso pecorino, huevos y tocino. Este plato es uno de los más famosos y deliciosos de la gastronomía romana, y en este restaurante lo preparan de forma auténtica y sabrosa.

Además de la pasta alla carbonara, el restaurante también tiene otros platos típicos, como la pasta all’amatriciana, una pasta con tomate, queso pecorino y guanciale (tocino de mejilla); la pasta cacio e pepe, una pasta con queso pecorino y pimienta; o la saltimbocca alla romana, un filete de ternera con jamón y salvia. El restaurante también tiene una carta de vinos locales que podrás maridar con tu comida.

Termina tu cena en el restaurante La Carbonara con un postre tradicional de Roma, como el tiramisú, un postre de bizcocho, queso mascarpone y café; o el maritozzo con panna, un bollo dulce relleno de nata.

Si quieres saber más sobre este restaurante, puedes visitar su página web oficial: La Carbonara.