Temprano por la mañana disfrutará de un energizante desayuno estilo buffet en el restaurante del Hotel Mirador con vista a las Barrancas del Cobre.
Para hacer el traslado desde Barrancas del Cobre tendremos tiempo para visitar los Campos Menonitas.
Disfruta de las noches de hospedaje en este hotel céntrico; se encuentra a unas calles de La Catedral de Chihuahua y de la Plaza de Armas.
Pasea por los alrededores del centro y la Plaza Merino y la Plaza Mayor de Chihuahua.
Puedes dar clic en los días para ver el detalle del itinerario.
Te embarcas en un viaje inolvidable a las Barrancas del Cobre, sintiendo la anticipación en el aire mientras el tren Chepe te lleva a través de paisajes asombrosos. A medida que te adentras en la Sierra Tarahumara, las vistas se convierten en una sinfonía de colores: valles verdes, montañas rocosas y cañones que se extienden hacia el horizonte. Te detienes en Divisadero, donde te asomas a los miradores y te encuentras con la inmensidad de las barrancas. La grandeza natural te abruma mientras observas cómo la luz del sol baila sobre las profundas grietas de la tierra.
Desembarcas en Posada Barrancas, donde la autenticidad de la cultura rarámuri te envuelve. Te aventuras en caminatas por senderos que descienden hacia el corazón de las barrancas, te cruzas con ríos que han esculpido paisajes de ensueño y te maravillas ante la habilidad de los rarámuri para vivir en armonía con este entorno.
Montas en el teleférico para descender aún más, sintiendo la emoción mientras pasas por encima de los abismos y admiras las capas de roca expuestas.
Al final de tu día en las Barrancas del Cobre, regresas al tren, el sol se pone y las montañas se tiñen de tonos cálidos.
Te recuestas en tu asiento con el corazón lleno de gratitud por esta experiencia única. Mientras eregresas a Chihuahua, sabes que las imágenes de las Barrancas, los sonidos del tren y los recuerdos de la cultura rarámuri te acompañarán siempre.
Los mapas son generados automáticamente y una representación orientativa e inexacta del recorrido.
Reseña de:
Juan Zepeda